domingo, 7 de marzo de 2010
Historia de la Chirimía
Fragmento del cuadro flamenco “Maria reina de los Cielos”
El propósito de este artículo y los siguientes que voy a publicar, tienen como objetivo efectuar y contar el recorrido que otros luthiers aficionados han desarrollado a lo largo de la historia para recuperar este instrumento perdido. Como ya se verá en el transcurso de las siguientes publicaciones, el camino emprendido no pretende seguir las pautas de un sesudo y académico trabajo de investigación, más bien va a ser un pasatiempo relativamente documentado y cuyo objetivo es un instrumento medieval que progresivamente cayó en desuso durante el periodo Barroco y en el siglo XX desapareció de los circuitos musicales.
Instrumentos de viento como estos, tienen un origen Sumerio, en la antigua Mesopotámica, cuya antigüedad se remonta al III milenio antes de nuestra era; posteriormente los griegos llamaron Aulós y los romanos Tibia. Algunas fuentes atribuyen su expansión por la Europa mediterránea a los romanos y otras a los árabes, con la invasión peninsular del 711 de nuestra era; siendo posible que ambas cosas sean ciertas.
En la península Ibérica la denominaron Chirimía y a lo largo de su trayectoria pasó por varias transformaciones al tener un cuerpo cilíndrico, cónico, de lengüeta simple, doble, etc.
La Chirimía que conocemos hoy como dulzaina, era incluso algo mas corta que la actual en el siglo XII y fue a partir de entonces cuando comenzaron a desarrollarse las Chirimías largas, que con distintas voces y tamaños fueron muy utilizadas durante la Edad Media y el Renacimiento. Con la aparición del Oboe en 1657, instrumento de síntesis de las Chirimías largas, estas fueron perdiendo protagonismo.
Recuperar un instrumento medieval sin tener referencias concretas, es una tarea complicada, pero que con anterioridad han recorrido otros luthiers. Uno de los caminos que otros constructores han transitado, es basarse en grabados, pinturas o esculturas de nuestro patrimonio cultural. La base de mi experimentación se encuentra en la pintura flamenca del Renacimiento “Maria reina de los Cielos” de 1485, en la que figuran distintos instrumentos y entre ellos varias Chirimías y una especialmente significativa, porque es larga y con un nivel de detalle minucioso, como se desprende de la fotografía parcial que ilustra esta página.
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